En el colegio nos mintieron,
a todos nosotros,
el tiempo se mide en kilómetros,
y mi reloj siempre marca,
las seis kilómetros y media.
Y a nosotros solo nos queda,
un kilómetros de humo,
y dos hectometros de tierras movedizas,
y cuatro metros de dudas.
En el colegio nos mintieron,
a todos nosotros.
El tiempo se mide en portales sin beso,
en hojas de árboles por el suelo,
en recuerdos que se escapan.
Y mi reloj ya no da las horas,
ahora da los ahoras,
en los que piensas en huir.
Y a nosotros solo nos queda,
dos decímetros de tí,
un centímetro de mí,
y un milímetro de lo que pudo ser y no fue.
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