sábado, 28 de febrero de 2015

La historia secreta de la Mosca que se enamora de una bombilla.


Puedes seguir el orden lógico  (Como esta )  o el orden real (Números )  Como rayuela sí,  pero con moscas.

4 . Soledad.
El papel de las paredes empezaba a despegarse y de pronto, me fijé en como el paso del tiempo estaba afectando al local.  En cómo las sillas empezaban a cambiar de color, en como los cuadros empezaban a desteñirse,  en como   la camarera empezaba a envejecer… Me vi reflejada en detalles sin importancia, y me sentí el personaje secundario de la vida de alguien.

3. Comprensión.
Nunca pensé que él quisiese celebrar el paso del tiempo.   Parecía más bien del tipo: Me hago viejo y mi vida sigue siendo una mierda.   Tal vez le había enjuiciado de esta manera,  para sentir que había alguien en el mundo que me comprendía.  Tal vez,  la idealización,  no sea más que un ansia extrema de comprensión y ésta a su vez,   una salida de emergencia a la soledad.

1. Amor.
Yo asentí con la cabeza, y él me abrazó.  Estuvimos abrazados mucho tiempo, no se cuanto.    Podría decir que nos quedamos abrazos meses, años, incluso vidas.   Que nos reencarnamos en peces,  en caballos, en moscas, que el sol se extinguió,  los marcianos se apoderaron del mundo,  el tiempo cambió de dirección,  el espacio se redujo a un solo punto… Y nosotros, seguíamos abrazados sollozando, recordándonos en viejas relaciones,  reluciendo miedos,  inseguridades vergüenzas. Siendo nosotros mismos dentro de otra persona.

2. Miedo.
No le dije nada.  En el fondo me daba miedo.  Me gustaba tanto, que temía perderle en cada momento.  Temía agobiarle, y a la vez,  que sintiese que no le hacia caso.  Temía ser demasiado cariñosa y temía ser demasiado seca.  Temía tantas cosas… Que había empezado a actuar por miedo, en vez de por amor.


5. Desamor.
Llovía mucho y yo le esperaba apoyada en una tienda de móviles. La calle se había convertido en un devenir de paraguas, de codazos, de zapatos que pisan charcos y narices que se ponen rojas. Vi su silueta al otro lado del semáforo, esperando a que se pusiese en verde para poder cruzar.  Pensé por un momento, que en nuestra relación siempre había un cruce de por medio, un semáforo en rojo,  un coche que atraviesa a mil por hora la carretera.

7. Adiós.
Estábamos en una cafetería mítica de Madrid, de público sobre todo adolescente.  Nos sentamos en una mesa cercana a la ventana, desde podían observarse varios árboles de la castellana y una boca de metro.   Como si el mundo se hubiese organizado para mostrar la libertad al lado de cada huída.

-Te quiero, pero esto no funciona-  Le solté, incapaz de mirarle a los ojos.

El me miró, y en su ojos pude leer: No te quiero, pero esto funciona.

6. Desconocidos.

Con el tiempo nos convertimos en completos desconocidos.  Volvimos a ser aquellas dos personas que coincidieron de casualidad . Y ya no era nuestra risa lo único que estaba a dos segundos de diferencia,  ahora eran también nuestros cuerpos, nuestras lenguas, nuestros miedos, nuestros deseos, nuestros fracasos,  nuestro amor. Estábamos a años luz de diferencia.



miércoles, 25 de febrero de 2015

In Bergman we trust

Persona
y Perdona,
suenan demasiado parecido y eso
me hace desconfiar.

Como si tuviésemos que pedir perdón por existir.



martes, 24 de febrero de 2015

Silvestre

Me crecen raíces en la lluvia,
Me crecen raíces en el asfalto,
Me crecen raíces en el viento.

Creo mi refugio en territorio de huida,
me agarro a cualquier mano,
mea aferro a cualquier recuerdo,
me siento más segura en el desorden.

Intento que lo efímero se haga eterno,
y que lo eterno se haga efímero.

Intento que las palabras sean trenes,
intento que las palabras sean pozos,
intento que las palabras expresen todo lo que llevo dentro.

Me crecen raíces en mis miedos.
Me crecen raíces en mis expectativas,
Me crecen raíces en el pasado que no ha pasado.


martes, 17 de febrero de 2015

La gran broma no final

Nos veo bien.
Nos veo juntos,  y nos veo bien.

Nos veo en un metro.
Nos veo en el banco de algún parque.
Nos veo en el portal de alguna calle.
Nos veo en la arena de un bar y en la cerveza de una playa.

Nos veo en todos los lugares a los que he ido.
Y nos veo en todos los lugares a los que quiero ir.

Mis pies se vuelven países si caminas a mi lado.
Mi amor se vuelve bandera si caminas a mi lado.

Nos veo bien aún pasándolo mal.
Nos veo bien en la distancia fingida,
y en la distancia necesaria,
y en la distancia cabrona.
Nos veo bien aunque lloremos.

Nos veo bien.
Me veo bien.
Me veo juntos,   y me veo bien.






jueves, 12 de febrero de 2015

Going out


                                                                                   
Yo lloro poco
 y si lloro,
 lloro mal.
No se como se llora.
No se llorar cuándo hay que llorar.
A veces creo que si llorara,
lloraría palabras
o cristales,
o ruido.

Hay momentos en los que tengo unas ganas tremendas de salir corriendo,
sentarme en algún lugar ,  y sin ningún motivo,  ponerme a llorar.

Y caminar por la ciudad sin dejar de llorar y entrar en tiendas sin dejar de llorar,  y mirar a la gente sin dejar de llorar,  y  hablar y besar y follar sin dejar de llorar.

Y lloraría por el vuelo de una mosca en algún lugar.
Y lloraría  por el viento que mueve la hierva.
Y lloraría por las cosas que empiezan y por las cosas que acaban.

Y volvería a llorar.

Y me parecía lo más bonito que haya hecho nunca.


.

miércoles, 4 de febrero de 2015

De Duchamp a las sillas

Casi todo el mundo se ha sentado alguna vez

En una silla.

Y sin embargo,  a casi nadie le importa una mierda

La silla.

Porque al silla es solo una silla.  Y la silla no es nada más que una silla.  La silla no te quiere.  La silla no te acompaña.  La silla no se bebe,   no se come,  no se disfruta.   La silla no te habla,  no te enseña no te escucha.   La silla no te besa,  no te toca,  no te mira.  La silla es solo silla.   La silla sujeta tu culo  y tu sujetas el mundo,  pero la silla no sujeta el puto mundo.  La silla es una silla. 

La silla es solo una silla.

Pero lo peor de la silla,  sin duda,  es que te recuerda

que tu eres solo una persona.





La teoría del mono infinito

Mientras te ríes
hay alguien que se muere de hambre en algún lugar del mundo.

Mientras lloras,
hay alguien que folla por primera vez.

Mientras haya un mientras que dure más de un segundo,
hay miles de posibilidades.

Me quejo por que me duele la cabeza,
y al mismo tiempo,  echan a Raquel y a sus hijos de su casa,
-por no pagar la hipóteca-  le dice el policía.

Somos felices en medida que no somos conscientes de la realidad.
Pero también,
somos infelices en medida que no somos conscientes de la realidad.

A veces cuando cierras los ojos, es precisamente cuándo los tienes más abiertos.
A veces,  cuándo abres los ojos, es precisamente cuándo los tienes más cerrados.




Vivir su vida

Nuestros cuerpos se hicieron babas.

Rompimos lo que éramos por estar juntos.
Y por eso nos quedamos solos.

Con dudas,
con preguntas,
con no saber que hay detrás de la melodía pop.

Nos amábamos desde la diferencia.
Siempre fuimos extraños.

Nos amábamos desde la indiferencia,
Siempre fuimos ruido.

Nuestros cuerpos se hicieron babas.
Nuestros cuerpos se hicieron balas,

                               que disparan contra uno mismo.


domingo, 1 de febrero de 2015

Convivir con lo efímero.

Si siempre ocurre lo mismo,
si todo lo que se crea se destruye,
si todo lo que sube baja.

si ni siquiera un bolígrafo,
una servilleta,
un objeto,
dura para siempre.

Como algo tan subjetivo
 como nuestras convicciones,
nuestros pensamientos,
nuestros sentimientos,
van a ser la excepción.

Si siempre ocurre lo mismo,
si todo lo que se crea se destruye,
si todo lo que sube baja,
si nos sabemos de puta madre la teoría,
¿Porqué seguimos llorando cuándo ocurre?

No sabemos convivir con lo efímero.
No estamos preparados para la vida.