miércoles, 4 de febrero de 2015

De Duchamp a las sillas

Casi todo el mundo se ha sentado alguna vez

En una silla.

Y sin embargo,  a casi nadie le importa una mierda

La silla.

Porque al silla es solo una silla.  Y la silla no es nada más que una silla.  La silla no te quiere.  La silla no te acompaña.  La silla no se bebe,   no se come,  no se disfruta.   La silla no te habla,  no te enseña no te escucha.   La silla no te besa,  no te toca,  no te mira.  La silla es solo silla.   La silla sujeta tu culo  y tu sujetas el mundo,  pero la silla no sujeta el puto mundo.  La silla es una silla. 

La silla es solo una silla.

Pero lo peor de la silla,  sin duda,  es que te recuerda

que tu eres solo una persona.





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