"La historia del mundo, es decir, la historia de mi calle"
"La realidad del sinsentido"
"Siempre he sido un escritor de medio aliento"
"¿Aquello que me gusta me debería gustar?"
" Es lo que queramos que sea"
"Todos somos hijos del mito"
Se llama a sí mismo Juanjo y me hace gracia. Dice que los títulos de sus libros son buenos, por ejemplo, La soledad era esto. Lo pienso un poco y me gusta el título, porque al decir era, implica muchas cosas. Me imagino un niño pequeño, más maduro que todos sus compañeros, preguntándose en clase de matemáticas que es la soledad. Y a un adulto, muchos años más tarde, enfrente del televisor, diciendo en voz baja: la soledad era esto.
Siempre he preferido los libros de pocas hojas y con letra grande. Juanjo dice que no digas en diez líneas lo que puedas decir en cinco, así que me cae bien. Creo que si decimos en cinco líneas lo que podemos decir en diez, y en dos lo que podemos decir en cuatro, y en una lo que podemos decir en dos, y en palabra lo que podemos decir en línea... La palabra sería siempre la misma.
Y salgo de la charla con una sensación que no tiene palabra pero he vivido más veces y me gusta, y me prometo a mí misma que esa noche voy a leer un libro de Juan José Millás. Ahora me fijo más en los niños que juegan con las canicas y en las horas que avanzan y te llevan hacia atrás.