martes, 30 de septiembre de 2014

Le dije: No te vayas.

Le dije : no te vayas pero él me miró y aceleró. Perseguí unos segundos su ruido en la carretera.El coche cada vez se hacía más pequeño, mientras su recuerdo se hacía cada vez más grande.Yo le había dicho que no se fuese, y él había acelerado.Yo le había pedido por favor que no se fuese y él había acelerado.Las calles estaban húmedas: llenas de charcos, llenas de gotas suicidas en los bordillos de las aceras.  (Y juro que esa lluvia era de cristal) .El me miró, lo recuerdo bien.  Antes de marcharse. Antes de de pisar el acelerador.El ambientador de pino de su retrovisor se balanceó con fuerza.  No te vayas, le susurré. No te vayas por favor, le repetí más alto.  No te vayas joder, no te vayas, supliqué.   Pero no me atreví a decirle quédate. Pero él piso el acelerador. Pero antes me miró, lo recuerdo bien.

sábado, 27 de septiembre de 2014

Sino existes, nada existe.

No creo en un mundo mejor,
No creo tampoco en la magia,
Ni siquiera creo en la ciencia,
en el big bang,
o en la ley de la gravedad.
No creo en  la bondad,
No creo en la gente que da su vida a los demás,
no creo en el comunismo,
o en una democracia social.
No creo en los pagos a plazos, en las hipotecas.
No creo en la televisión ni en el mando a distancia.
No me trago eso de la guerra mundial,
y tampoco lo de la  revolución francesa,
ni siquiera el verano del amor.
No creo en la historia.
No creo en el arte.
No creo en Woody Allen,
no creo en el cuervo de Poe,
ni en Freewelling.

No creo en mí.
No creo en tí.

No creo en el mundo exterior,
no creo en el amor,
no creo en nada,
sino te tengo delante.





No sabía si aquello era una ventana,
o un espejo.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Mi profesor de Linguística

Se llama Antonio,
pero nosotros le llamanos Toni.
Nos gusta bromear sobre su manía,
de irse por las ramas.
Y su eterno amor a los ejemplos.
Como si el mismo,
fuese eso,
un ejemplo.
El otro día,
cuándo estaba a punto de acabar la clase,
dijo una cosa muy bonita,
mirando hacia la esquina de la pared,
preguntó si nunca nos habíamos olvidado de alguien,
de unas manos,
de un aroma,
de una cara.
Preguntó si nunca,
el concepto de una persona,
se había evaporado por completo.
Preguntó si nunca,
habíamos transformado un recuerdo en olvido,
si nunca habíamos intentado con todas nuestras fuerzas
recordar a una persona,
,y al intentar memorizarla, fuésemos poco
a poco desdibujándola.
Nadie dijo nada,
y el se sacudió la cabeza.
Luego dijo que aún éramos demasiado jóvenes,
y cambió repentinamente de tema.
Creo que nos pusimos a hablar sobre el homo sapiens.

martes, 23 de septiembre de 2014

Conversaciones con Jose

-La gente no cambia-  Dice Jose,
tras años de vivir y  de observar
tras años de ser vivido y observado.

-Pero eso no me vale.- Le respondo.
Las camareras recogen la mesa,
Jose se alisa la camisa,
y yo me pregunto porque coño
siempre repito los mismos errores.

-Madura, eso es todo. Somos como tomates-

Me río.
Le miro y me pregunto,
si la desesperanza lleva a algún lado,
si es más fácil ser feliz siendo pesimista,
no creer en nada,
no esperar nada.

Jose concluyó la conversación como siempre solía hacer,
después de dar un trago a su cerveza y mover el culo en el asiento,
sonrió igual que un soldado que lo ha perdido todo en la guerra
y dijo:
El mundo es una mierda.

Luego se rió.
y de tanto reirse, se puso rojo.

(Juro que parecía un tomate.)


domingo, 21 de septiembre de 2014

Llamadas perdidas

Miró y vió,
como el amor que quedaba en los vasos
 empezaba a agotarse.
Se dijo,
"Algo anda jodido"
y culpó a la soledad,
de la suciedad de las paredes.
Pidió otra copa sabiendo,
que no tenía dinero con el que pagar
y que ya nadie quería ver sus tetas.
Aun tenía unos minutos más,
hasta tener que vaciar los bolsillos
sobre la mesa.
y por primera vez le dio asco,
la palabra libertad.
Luego sacó el teléfono móvil,
fue a la lista de llamadas perdidas,
y busco el nombre de Javi.

(El el buzón de voz le recordó al olor de la primavera)


Mamá, no te preocupes por mí.

Mama, no te preocupes por mí.
Solo me emborracharé cinco días a la semana,
tropezaré con todas las puertas de los bares,
y me enamoraré de farolas,
solo por el hecho de que dan luz.
Mamá, no te preocupes por mí.
me pasaré el día,
bebiendo cerveza en la universidad,
colgada de algún chico,
que le guste la poesía.
Mamá, no te preocupes por mí,
si paso la noche en el calabozo,
o la policía me detiene,
por alteración del orden público.
Mamá,  no te preocupes por mí
si llego tarde a casa,
si un día ni aparezco,
si las vecinas te dicen que me han visto,
con malas influencias.

Mamá, no te preocupes por mí,
preocúpate por los demás,
que me tienen que soportar.
preocúpate por el chico al que le gusta la poesía,
que me está empezado a gustar.

Mamá, no te preocupes por mí,
al menos yo,
estoy a salvo de mí misma.


domingo, 14 de septiembre de 2014

Una sonrisa a cara de perro para disimular.

Se queman dos tostadas en el  bar de abajo,
y una chica derrama el café sobre el periódico.
El sporting pierde en el molinón,
cierra una tienda de cosméticos en la calle corrida,
las nubes se ponen feas,
y mi padre dice que nunca había pasado tanto calor en Septiembre.
dos coches chocan en algún lugar del mundo,
y mi madre escucha a una amiga,
hablar de cómo se jodió su relación con Lolo.
Postales sin responder perdidas por mi habitación,
desordenada con cosas que siempre digo hacer mañana,
y la versión acústica de mis dudas se convirte en eco.
El celo de los póster de las paredes empieza a despegarse,
A las sábanas les empiezan a salir pelusas,
y hay que renovar el antivirus de mi ordenador.
y los domingos por la mañana todo parece estar un poco perdido.
Y los domingos por la mañana me pregunto,
si agoté todo mi amor,
por usarlo tan poco.

Palomas muertas.

Yogures caducados en la nevera,
ropa sucia en el armario,
Papeles rotos en las esquinas,
La televisión constantemente encendida,
El teléfono sonando,
la bombilla del techo parpadeando,
Pelusa debajo de los muebles,
pelusa en el corazón,
Miedo en la estanterías,
y  debajo de la alfombra.
Suciedad acumulada a montones,
que no se limpia con detergente,
recuerdos esparcidos
que son como el polvo,
 puedes verlos,
pueden mancharte,
pueden provocarte alergia,
pero nunca podrás agarrarlos.
Casas sucias,
con recuerdos limpios.
Casas limpias,
con recuerdos sucios.
Como su amor que era,
la suciedad más limpia,
o la limpieza más sucia.



sábado, 13 de septiembre de 2014

300 metros

Estoy a solo un ratito de ti,
Estoy a solo unos minutos de ti,
a unos zapatos pisando un charco de ti,
a unas manos buscando otras manos de tí.
Estoy a una canción de Nacho Vegas de ti,
 a un anuncio de pan bimbo de ti,
 a una cola en el alimerka de ti,
a una mirada buscando otra mirada de tí.
También estoy a encontrar una pelusa en el sofá de ti,
Estoy a ponerme unos calcetines de ti,
a hacerme una coleta de ti,
a desnudarme rápidamente de ti,
a una cerveza y dos aceitunas de tí.
Estoy a cuatro besos y dos caricias de ti,
a un secreto inconfesable de tí,
a cinco miedos y tres inseguridades de tí.
Estoy cerca de tí,
muy cerca de tí.
,
pero  sin embargo, estoy a una eternidad de mi.


Orbayu agotador

Tengo la manía de hablar de él,
y digo manía,
reafirmando el sentido implícito de error
Y digo error,
reafirmando el sentido explicito de amor.
Porque desde que él se convirtió en lluvia,
de esa que te deshace sin darte cuenta,
desde que él se convirtió en viento,
de ese que arrastra tu paraguas por calles vacias,
desde que él se convirtió en océano,
de esos que te ahogan poco a poco,
desde que se convirtió en otra persona,
desde que se convirió en otra manía,
Me gusta hablar de lo que nunca llegamos a ser,
y me río delante de charcos
que me reflejan.

lunes, 8 de septiembre de 2014

La cerveza

 Intente reconstruir lo que había pasado la anterior noche.
Y luego,
me esforzé por detener el tiempo.
Pero no lo conseguí.
Me desperté con la misma sensación de irrealidad 
que había comenzado en la segunda cerveza.
Culpé al amor de todo,
y sobretodo, de las imperfecciones humanas
que nos obligan a necesitar a los demás.
A necesitar una cerveza.
A necesitar la maldita sensación de irrealidad.
A necesitar el verbo necesitar.
Le culpé al él de todo,
de mis problemas,
de mis utopías y distopías
Le culpe a él de mí, 
y a mí de él.
Nos culpe de nosotros mismos.
Nos culpe por no querernos lo suficiente,
y por no odiarnos lo demasiado.
Convertí mi sonrisa en veneno,
Y después de besarnos, le insulté.
y después de insultarnos, nos besamos.
Luego soñé un poco con sus manos,
sin saber a ciencia cierta,  si esas eran sus manos.
O solo algo dónde aferrarse.
solo algo dónde no sentirse solo.
Pero no es culpa buscar que me amen,
en vez de amar.



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Querido cocodrilo.

Él y yo nos vimos dos veces en verano.
Y unas cien en invierno.
Sin embargo,
quise verle cien veces en verano.
Y poco más de dos en invierno.
Y no puedo decir que haya sido un verano frio.
Tal vez... Solo ventoso.
Hablo de ese viento de principios de Septiembre
que solo trae comienzos.
y algo de arrepentimiento,
por no saber valorar las cosas a su debido tiempo.
por no saber amar a corazón descubierto.
Sin miedos, sin celos, sin complejos.
Deseé verle cien veces en un solo día,
y os prometo que nunca tuve tantas ganas de hacerlo.
Septiembre es un mes díficil para estar solo.
Septiembre es un mes dífcil para echarle de menos.
Porque desde cimadevilla hasta la providencia,
todo eran recuerdos.