viernes, 28 de agosto de 2015

Sevilla tiene un recuerdo especial

Podemos olvidar,
el amor que nunca sentimos.
Podemos olvidar,
recuerdos que no llegaron a tener lugar.
Podemos olvidar,
el futuro
y el paso del tiempo.

Podemos olvidar lo que somos,  lo que fuimos,
podemos inventarnos un pasado.

Podemos mentirnos hasta la saciedad
y aún así,
quedarnos con hambre.


Un poco después.

Hay ciertos lugares por los que nunca pasa el tiempo.

 En Punta umbria,  por ejemplo,  nunca pasa el tiempo.   
La playa sigue como siempre,  como es desde que apareció en el mundo por primera vez.   Las olas siguen rompiendo y  las sombrillas siguen volando.Sigue habiendo año tras año,  los mismos carteles de bienvenida,  los mismos adoquines,  los mismos bares,  los mismos camareros,  la  misma cerveza y  las  mismas papas aliñás. 

Hay lugares por los que parece que nunca pasa el tiempo,  que seguirán así pase lo que pase durante una aterradora eternidad.   Que la arena en los zapatos,  el aire de la calle,  el resol del atardecer y el sabor a sal del primer baño,   permanecerán siendo el esqueleto de agradables costumbres.  

Pero en todos los lugares pasa el tiempo.

Y es curioso lo diferente que pueden ser las cosas en un idéntico lugar... Un poco después.
A pesar de que las olas, de las sombrillas,  de los carteles,  de los adoquines,  de los bares , de los camareros,  de la cerveza y de las papas aliñás....

El tiempo no tiene piedad por nada...
Aunque a veces se olvide de Punta umbría.




Lo que de verdad importa

Importa llegar a la hora,
no perder los nervios,
agarrarte a la mano correcta
 y no tener miedo.

Lo que de verdad importa,
es lo que no se pierde,
lo que te duele si desaparece de repente.

Importa mirar atrás con valentía,
y recordar con orgullo lo que quieres olvidar.

Importa importar a alguien,
y que alguien te importe.

Importa no arrepentirse.
Y si te arrepientes...
Bueno, realmente no importa tanto.

¿Lo que de verdad importa? Que nada importa demasiado.


Estribillo pop

Actualizar facebook,
buscar nuevos mensajes en wassap,
mirar por la ventana,
abrir la nevera,
cambiar de canción,
perseguir una mosca con la mirada,
leer algún aburrido titular,
un vaso de agua,
cambiar de canal
pensar en ti,
pensar en ti,
pensar en ti.

Rutinas que parecen un estribillo pop
y se repiten como un disco rallado.


La maga

No hay nada más probable que la magia,
ni nada más mágico que la probabilidad.

El efecto mariposa,  qué maravilla.
¿Quién se atreve a preferir palomas en chisteras?

Tenemos la belleza de lo cotidiano en nuestras manos,
y utopías por las que arriesgarnos.

Todo parece más fácil al amanecer,
y eso es, precisamente,  la magia.