domingo, 30 de noviembre de 2014

Casualidad número 3: (La cena esta fría)

Hicieron falta sesenta casualidades para que nos conociéramos
y tan solo una,
para que nos desconociéramos.

La distancia se mide en los más tarde que nos separan,
nunca en los pasos.
Te dejaste cuatro recuerdos olvidados en el bolsillo de mi pantalón,
y aún ayer encontré restos de tu mirada debajo de mi ropa,
así,
de casualidad.


sábado, 29 de noviembre de 2014

Casualidad número 2: Memoria y recuerdos

La memoria se construye con el tiempo,
y se destruye con la propia memoria.

Los recuerdos, en cambio, se construyen
con la libre interpretación de la memoria,
y se destruyen por el tiempo.
O por sí solos.
O por la fuerza de la gravedad.

(Prometo recordarte mejor de lo que fuiste,
prometo olvidarte peor de lo que eras)

Ella dijo memoria,
y él acudió a rescatarla.





viernes, 28 de noviembre de 2014

Casualidad número 1: ¿Porqué llueve debajo de la ropa?

Yo soy yo, y tus circunstancias,
Otras veces,
yo soy yo,  y tus problemas,
yo soy yo y tus secretos,
yo soy yo y el día que aprendiste a nadar,
yo soy yo y la luz de tu cuarto que parpadea,
yo soy yo y tu memoria,
yo soy yo y el monstruo de debajo de tu cama,
yo soy yo y el retrovisor de tu coche,
y tu cajetilla de tabaco,
y el miedo que nunca dijiste en voz alta.

Yo soy yo, y tú.
Tu eres tú y yo,
Nosotros somos tu y yo ( y nuestras circunstancias )




jueves, 20 de noviembre de 2014

La primera vez que toque una babosa.

A veces me pregunto
cuántos recuerdos caben en una lámpara.
cuántos recuerdos hay en un chicle,
cuántos recuerdos esconde,
el cartel de Colgate de la esquina.

A veces me pregunto,
cuántos recuerdos nos separan,
cuántos recuerdos nos unen.

A veces me pregunto,
cuántos recuerdos caben en mi vida.
hasta dónde llega mi memoria,
hasta dónde llegan tus manos.

A veces me pregunto,
cuántos recuerdos caben en un adiós,
cuántos recuerdos caben en un recuerdo,

A veces me pregunto,
cuánto vacío cabe en un recuerdo.


miércoles, 19 de noviembre de 2014

Empatia o empate

ya no se si cambio mi vida para hacer el mundo algo mejor
o
cambio el mundo para hacer de mi vida algo mejor.

¿Egoísmo solidario, solidaridad egoísta?

Indiferencia como analgésico al capitalismo,
dos aspirinas de hubo tiempos peores y a dormir.

No queremos un empate.
Queremos más empatía. 


domingo, 16 de noviembre de 2014

Mi nevera.

Tengo a Gijón en la nevera,
y esta a punto de caducarse.
Tengo todas las cosas que dijimos que algún día haríamos.
y justo al lado de los tomates,
todas las promesas,
todos los más tarde,
todos los luego,

Tengo a Gijón en la nevera,
y parece un cadáver.

Tengo un un poco de miedo en la nevera,
y parece Gijón.


sábado, 15 de noviembre de 2014

Indiferencia y sus literaturas. (El amor y las matemáticas I)

El día que os conocisteis por última vez llega sin avisar,
El día que os conocisteis por última vez es
una mirada,
un silencio,
un destiempo.

En el día que os conocisteis por última vez,
vuestra vida se llenaba de palabras que no decíais,
y os licenciasteis en  indiferencia y sus literaturas.
 Las cosas cambiaron de significado.
Pizza y cerveza significaba:
 siempre hacemos lo que tú quieres.
15 minutos tarde: hoy no tengo ganas de verte.

Sin saber muy bien como,
empiezas a desconocer las partes de su cuerpo.
El lunar que tiene en el pecho izquierdo se borra de tu mente.
Olvidas la forma más rápida
 de meter tu mano en el bolsillo de su pantalón.
Y no sabes cómo son sus ojos si no los tienes delante.

El día que os conocisteis por última vez,
es en realidad,
igual que el día que os conocisteís por primera vez.
Y eso es precisamente la putada,
que después de todo, sois extraños.
que después de conoceros, sois desconocidos.

No se si es un ejemplo de paralelismo entre todo y nada
o  la propiedad distributiva de las relaciones humanas.

(Pero solo os quedarán 16 gramos de recuerdo)

martes, 11 de noviembre de 2014

365 segundos

Hay días que no acaban como esperas,
y esperas que parecen días.

Hay días que duran meses,
Hay días que duran años,
y años que duran segundos.

Hay días que son solo tiempo.

Hay días que se esfuman y otros que te aprisionan,
hay días que escuecen,
días que curan,
y días que se escapan de las manos.

Hay eternidades resumidas en días,
y días que se olvidan.
Hay días que son personas, días que son olvidos,
y olvidos que son personas.

Y lo peor, lo peor de todo,
Es que hay días que duran toda tu puta vida.



jueves, 6 de noviembre de 2014

Frases hechas para personas deshechas.

Buscaremos razones a nuestra existencia,
 en cajas de cereales,
y a nuestras medias naranjas,
en la promoción de fruta del alimerka.

Qué fácil sería vivir en sentido figurado.

Qué fácil sería vivir en la imaginación de algún escritor chiflado.



miércoles, 5 de noviembre de 2014

El amor y las matematicas (II)

Si quieres saber cuánto pesa el recuerdo de tu pareja, es una operación muy sencilla,  basta con realizar los siguientes pasos.

 1) Haz un cómputo total de los días, horas y segundos que lleváis juntos.  (Ej. 234 días, 14 minutos y dos segundos) a esto le llamaremos M.

2) Al resultado obtenido restarle E  ( E =  putadas, celos,  diferencias , discusiones,  indiferencia..)

3) Y sumarle D ( D=  alegrías,  confianza,  similitudes, reconciliaciones, cosas en común...)

4)  Otro factor importante es la intensidad.  Para calcular la intensidad, multiplique por  dos, por tres, por cuatro...(calibre usted en función de sus vivencias, si es intensidad nula, multiplíquelo por cero o uno)  A esto le llamaremos I.

5) El último paso es valorar lo que le echa en falta y tendrá que presentarlo a modo de porcentaje.  Le echas un 90% de menos,  un 20% de menos...  A esta cifra la llamaremos O, y habrá que dividirla al resultado total.

De tal manera, que para saber cuánto pesa el recuerdo de su pareja debe resolver la siguiente ecuación.

(M x I) - E+ D : O = ...

y como usted ya sabrá,  M por I menos E  más D entre O,   siempre da como resultado : miedo.


Vivir del recuerdo el algo de cobardes. Olvidarlo, también lo es.


16 gramos de recuerdo. (El amor y las matemáticas III)

Lo puso en la bascula y esperó a que los números digitales se detuviese. 16 gramos.  Eso era exactamente lo que pesaba: 16 gramos. Lisa comprobó que aquello no fuese un error,  comprobó que no fuese una  mentira.   Pero de nuevo la báscula marcó la misma cifra: 16 gramos.  Su recuerdo pesaba eso.  Solo eso.  16 gramos.

16 gramos, se repitió a sí misma.  Después de un año,  y cuatro meses, y tres días, y  ocho canciones de amor, y diez  tardes lluviosas sin paraguas y doce  borrachaeras  juntos, y  catorce te quiero   y 14 lágrimas,  y 9 restos de helado entre los dientes,  y 5 tickets de metro, y 8 fotos de carnet, y 3 visitas al  museo del prado, y 4 veces sin gasolina en medio de la carretera, y 16 cuelga tú,  y 4 no me dejes nunca, y 3 prométeme que me querrás siempre,  y 2 quédate y  un te necesito....  lo que único que Lisa conservaba de su relación con Javi, era eso:  16 gramos de recuerdo.

Pensó que el recuerdo que conservaba de javi, pesaba menos que una botella de coca-cola, o que el sandwich que se había preparado hace minutos para llevar a la universidad.  Se dio cuenta de que con el tiempo, su recuerdo cada día pesaba menos.

Lo puso en una báscula y esperó a que los números digitales se detuviesen: 14 gramos.  Intentó recordarle con fuerza.  Con ganas. Con odio. Con amor.  Intentó recordarle de todas las maneras posibles. Desnudo.  Desnudo con calcetines.   En calzoncillos.   Saltando encima de la cama con calcetines y calzoncillos.  Borracho.  Con las mejillas rojas y los ojos brillantes.  Con el pelo alborotado y la mirada perdida.  Recién levantado.  Con ojeras y café en su aliento.   en toalla con gotas de agua por todo su cuerpo.  Llorando.  Riendo. Siendo sincero.  Llorando. Riendo.   Con ropa.   Conduciendo en silencio.  Subiendo el volumen de la radio.   Hablando del tiempo. Llorando. Riendo.  Ocultando algo.  

Lo puso de nuevo en la báscula y esperó a que los números  digitales se detuviesen:  5 gramos.  Lisa gritó y no pudo contener el llanto.  Cuánto más se esforzaba por recordarle,    más se esforzaba su recuerdo por desaparecer.  Si intentaba dibujarle,  su recuerdo se desdibujaba.  Si lo soñaba, se convertía en pesadilla 

Lisa entonces se recordó con fuerza a sí misma en aquella relación. Con ganas. Con odio. Con amor.   Intentó recordarse de todas las maneras posibles.   Escondiendo su cuerpo desnudo con el edredón. Vistiéndose..  Hablando del tiempo. Conduciendo en silencio.  Ocultando algo.  Nerviosa.   Escuchando. Riendo. Escuchando.  Consolando.  Recién levantada.  Untando una tostada con mermelada.   Con el pelo alborotado y la mirada perdida.  Saltando encima de la cama desnuda. Saltando encima de la cama en bragas y calcetines.   En ropa interior.  En ropa interior y calcetines. Riendo.  Llorando.  Riendo. Llorando.   Desnuda.

Lo puso de nuevo en la báscula y esperó a que los números digitales se detuviesen: 1 gramo.
Lisa se dio cuenta de que el olvido formaba parte del proceso y que por mucho que lo intentase, no iba a lograr evitarlo.  Pensó que con el tiempo solo le quedarían sensaciones,  alguna que otra imagen, algún que otro miedo.. Lisa pensó su nombre por ultima vez.

Javi,  que extraño.

martes, 4 de noviembre de 2014

Después del frío

Deja la llaves sobre la mesa.  Sacude la cabeza mientras piensa la mejor forma de decirle a su pareja que quiere acabar la relación.  Lo siento,  ya no te quiero.  Demasiado sincero, se dice.  Deambula por la casa, duda, bebe algo. Bebe algo, duda, y deambula por la casa.  Sacude la cabeza.   Duda, duda, duda,  deambula por la casa.  Duda, duda,  duda y bebe algo.  Coge las llaves de la mesa, y ve un papel al lado de ellas.  Lo coge.  Es la letra de su pareja.

Lo siento, ya no te quiero

Bebe. Deambula por la casa.  Bebe. Bebe. Deambula. Deambula.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Confesiones de una ex

Ayer encendí un paquete de cerillas,y sin querer,
empecé a quemar todos los recuerdos que haba de ti en mi cabeza.

El día que quedamos por primera vez.
El día que me pegaste un chicle en el pelo.
Y aquella carrera de noche por llegar a casa.

Yo juro que quería conservarlos,
pero empezaron a arder.
 nuestros recuerdos siempre fueron gasolina,

y ahora soy yo la que se esta quemando.