Lo puso en la bascula y esperó a que los números digitales
se detuviese. 16 gramos. Eso era
exactamente lo que pesaba: 16 gramos. Lisa comprobó que aquello no fuese un
error, comprobó que no fuese una mentira.
Pero de nuevo la báscula marcó la misma cifra: 16 gramos. Su recuerdo pesaba eso. Solo eso.
16 gramos.
16 gramos, se repitió a sí misma. Después de un año, y cuatro meses, y tres días, y ocho canciones de amor, y diez tardes lluviosas sin paraguas y doce borrachaeras
juntos, y catorce te quiero y 14 lágrimas, y 9 restos de helado entre los dientes, y 5 tickets de metro, y 8 fotos de carnet, y
3 visitas al museo del prado, y 4 veces
sin gasolina en medio de la carretera, y 16 cuelga tú, y 4 no me dejes nunca, y 3 prométeme que me
querrás siempre, y 2 quédate y un te necesito.... lo que único que Lisa conservaba de su
relación con Javi, era eso: 16 gramos de
recuerdo.
Pensó que el recuerdo que conservaba de javi, pesaba menos
que una botella de coca-cola, o que el sandwich que se había preparado hace
minutos para llevar a la universidad. Se
dio cuenta de que con el tiempo, su recuerdo cada día pesaba menos.
Lo puso en una báscula y esperó a que los números digitales
se detuviesen: 14 gramos. Intentó
recordarle con fuerza. Con ganas. Con
odio. Con amor. Intentó recordarle de
todas las maneras posibles. Desnudo.
Desnudo con calcetines. En
calzoncillos. Saltando encima de la
cama con calcetines y calzoncillos.
Borracho. Con las mejillas rojas
y los ojos brillantes. Con el pelo
alborotado y la mirada perdida. Recién
levantado. Con ojeras y café en su
aliento. en toalla con gotas de agua
por todo su cuerpo. Llorando. Riendo. Siendo sincero. Llorando. Riendo. Con ropa.
Conduciendo en silencio. Subiendo
el volumen de la radio. Hablando del
tiempo. Llorando. Riendo. Ocultando
algo.
Lo puso de nuevo en la báscula y esperó a que los
números digitales se detuviesen: 5 gramos.
Lisa gritó y no pudo contener el llanto.
Cuánto más se esforzaba por recordarle, más se esforzaba su recuerdo por
desaparecer. Si intentaba
dibujarle, su recuerdo se desdibujaba. Si lo soñaba, se convertía en pesadilla
Lisa entonces se recordó con fuerza a sí misma en aquella
relación. Con ganas. Con odio. Con amor.
Intentó recordarse de todas las maneras posibles. Escondiendo su cuerpo desnudo con el edredón.
Vistiéndose.. Hablando del tiempo.
Conduciendo en silencio. Ocultando
algo. Nerviosa. Escuchando. Riendo. Escuchando. Consolando.
Recién levantada. Untando una
tostada con mermelada. Con el pelo alborotado y la mirada
perdida. Saltando encima de la cama
desnuda. Saltando encima de la cama en bragas y calcetines. En ropa interior. En ropa interior y calcetines. Riendo. Llorando. Riendo. Llorando. Desnuda.
Lo puso de nuevo en la báscula y esperó a que los números
digitales se detuviesen: 1 gramo.
Lisa se dio cuenta de que el olvido formaba parte del
proceso y que por mucho que lo intentase, no iba a lograr evitarlo. Pensó que con el tiempo solo le quedarían
sensaciones, alguna que otra imagen, algún que otro miedo.. Lisa pensó su nombre por ultima vez.
Javi, que extraño.
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