domingo, 12 de octubre de 2014

Dos kilómetros de distancia.

Caminábamos a dos kilómetros de distancia,
llorábamos a dos kilómetros de distancia,
y nuestras lenguas se tocaban, siempre, a dos kilómetros de distancia.
Mi muestrario de heridas nunca fue visible para ti.
mis miedos fueron solo miradas perdidas,
mis sueños fueron solo pequeñas sonrisas distraídas
que se pierden por la ciudad,
que se caen de los bolsillos.
 Entre nuestras miradas siempre había
otros ojos de por medio,
un mar de dudas,
y un cartel de huida.
Creo que alguna vez estuvimos cerca,
tan cerca que mis rizos se engancharon en tu reloj.
Pero aún entonces,
caminábamos a dos kilómetros de distancia,
y no te dabas cuenta,
de qué cuanto más te acercabas,
yo más me alejaba.
Porque mi mano,
porque mis ojos,
porque mis piernas,
siempre estaban a dos kilómetros de distancia,
y no podías evitarlo.
Porque mi pensamiento siempre estaba,
 a dos kilómetros de distancia,
Porqué yo,
siempre estaba a cien abismos de distancia,
a mil vidas de distancia.

Perdón por todo.
Perdón por llorar en silencio.

Perdón por amarte, siempre, a dos kilómetros de diferencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario