domingo, 25 de octubre de 2015

Nevermind

Tengo esperanza en algo inexacto y mi naturaleza me lleva a confiar ciegamente.
En las personas,  en los momentos, en la vida.
No creo en Dios porque no me interesa.
No creo en la fe porque no me agrada.
No creo en el destino porque me da miedo,
y la eternidad me provoca aburrimiento.

Creo en las cosas que me rodean.  Creo en conversaciones que cambian el después.
Creo en utopías-  Pero también creo en el mal y en la indiferencia- Creo en la pasividad de la gente frente a problemas comunes y en el asco que eso provoca en otra gente.
Creo en el inconformismo como motor para el avance,  el espítitu crítico como alimento para la rebelión y la valentía como única forma de ser uno mismo.
Creo en la magia de algunos momentos y de algunas canciones y creo por encima de todas las cosas en el arte.   Creo en la no norma como una norma,  el rechazo a lo establecido como justificación para buscar tu propio camino.  Creo en la plenitud de algunos instantes y la necesidad de prolongarlos toda una vida.  Creo en la magia de la normalidad diaria:  creo en las tostadas del desayuno,saludos educados en las escaleras de la universidad...  Creo en el día a día y en las ganas de hacer siempre algo diferente.    Creo en el riesgo de decir adiós y en el riesgo de decir hola.
Creo en las ganas de vivir,  más que en la vida.



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